Tomando en cuenta que las personas tienen diferentes intereses, es importante tener en cuenta que si bien una actividad puede resultar de gran interés para unos, puede no serlo para otros. De ahí la necesidad de que ahondemos en proponer opciones que permitan el aprendizaje desde una perspectiva más abierta, en la que no solamente tengamos una determinada actividad y que la tengan que repetir si fuera necesario, hasta alcanzar un nivel de dominio. La opción sería proponer alternativas que sean innovadoras y a la vez retadoras, en las que, haciendo algo que sea de gran interés para el alumno, pueda casi imperceptiblemente, alcanzar los objetivos del curso. Como si fuera parte de un curriculo oculto, que en realidad se busca, en forma indirecta. Lo que directamente se le propone al alumno pudiera parecer que tiene poca relación con el curso mismo. Sin embargo, estas competencias cada vez más universales y transversales son las que le permiten alcanzar los objetivos reales del curso.
Por ejemplo, sin hacer problemas de matemáticas, como tradicionalmente se hacen, una serie de 10 ó 20 problemas en una hoja, se propondría una problemática de la vida real que le obligue al alumno interactuar con sus pares y entre todos alcanzar una solución. Posiblemente tengan que realizar una gran cantidad de cálculos en los que practiquen las operaciones matemáticas, pero no se ve que este sea el objetivo, sino el de solucionar la problemática planteada. Sin embargo, estos cálculos son parte de los objetivos que se tienen en el curso.
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